La ruta gastronómica por Sanlúcar de Barrameda, está entre el sabor de la huerta y el mar. La localidad gaditana, la misma donde la manzanilla y los langostinos son religión. Y donde las verduras de navazo y los guisos marineros protagonizan su cocina, es ahora la nueva Capital Española de la Gastronomía.
Sanlúcar de Barrameda
Cerca de Jardines de Majadales se encuentra esta localidad. Con 70.000 habitantes, es mucho más que los 146.000 kilos de langostinos que se vendieron en su lonja en 2020. Y las 7.000 hectáreas de viñedos que nutren sus 21 bodegas, de las que sale un tesoro enológico: la manzanilla. Sanlúcar no solo es un paraíso del bon vivant, sino uno de los pueblos con más encantos naturales, arquitectónicos, artísticos e históricos de España.
Villa agrícola y marinera, la riqueza que le brinda el estuario del Guadalquivir es la base de una cocina en la que conviven tradición e innovación. Razón por la cual ha sido elegida como la Capital Española de Gastronomía 2022. Es la primera vez que este reconocimiento recae en un pueblo y no en una capital de provincia (en Fitur recibe el relevo de Murcia). Los sanluqueños, acostumbrados a recibir visitas, están dispuestos a encandilar a todo el que se siente a sus mesas.
«Hasta aquí hemos toreado en festivales. Pero ahora nos están echando un victorino. Y tenemos que ponernos enfrente para cortarle el rabo o que nos mate en el intento.».
Resume en un símil taurino Fernando Hermoso, propietario de la famosa Casa Bigote, uno de los restaurantes más concurridos de Bajo de Guía.
Lugares de degustación
El viajero que desee seguir con la ruta gastronómica por Sanlúcar de Barrameda, haría bien en hacer un stop en la barra de los bares que ofrecen tapas elaboradas. Con algunas de las 140 especies que se pescan en la zona. O bien en las terrazas en las que compartir guisos marines.
Y por supuesto, siempre está la opción de ir a restaurantes, en los que las técnicas vanguardistas realzan productos locales especiales. Como lo son las verduras de navazo, una forma ancestral de cultivo con agua salobre que ha estado a punto de extinguirse por su falta de rentabilidad. Pero que gracias a Rafael Monge, se ha recuperado con el proyecto Cultivo Desterrado.
El maridaje con sus vinos es algo tan arraigado que en la zona existe un dicho popular: “Todo lo que nada, con fino o manzanilla; todo lo que vuela, con amontillado, y todo lo que anda, con oloroso”. Por eso una buena opción para descubrir Sanlúcar es comenzar con una visita al nuevo Centro de Interpretación de la Manzanilla (Cima). Abierto en junio de 2021 en Las Covachas, un edificio porticado del siglo XV y uno de los pocos ejemplos del gótico civil andaluz.
El lugar acerca al universo manzanillero con utensilios de la vendimia y enseres de las bodegas, además de organizar catas. Desde que se fundó Delgado Zuleta en 1744, Sanlúcar está ligada a este vino dorado. Actualmente se ofrece con más de 100 marcas distintas y cuyos secretos pueden descubrirse en sus siete bodegas abiertas al público. Delgado Zuleta, Hidalgo La Gitana, Barbadillo, Argüeso, La Cigarrera, Covisan e Infantes de Orleans Borbón.
Bajo de Guía
Pero Sanlúcar, aún con sus seis kilómetros de playas, tiene en la zona de Bajo de Guía, su mejor escaparate. Este lugar es donde se junta el curso del río Guadalquivir con las aguas del mediterráneo. Además de la famosa cocina de Casa Bigote, con sus insuperables langostinos y guisos como la raya en salsa de naranja agria. O el rape al pan frito. También están Poma, con sus arroces marineros y el pescado de roca a la sal. O el Mirador de Doñana, donde se puede disfrutar de una sopa de galeras. O de su ensaladilla de gambas y huevos de choco.
La zona de Bajo de Guía, en cuyas orillas hasta 1967 se subastaba cada mañana el pescado que capturaba la flota. Pasó de ser la parte trastera del municipio a convertirse en un bello y soleado comedor en el que todos quieren sentarse a la mesa.
Para ir al centro de interpretación de La Manzanilla, ¿hace falta pedir hora?